El teclado es uno de los componentes que más se ensucia, llegando también a desgastarse y borrarse la identificación impresa de las teclas más usadas. Existen teclados genéricos de muy bajo costo, y otros más sofisticados con teclas de funciones especiales. Últimamente se suministran herméticamente sellados a prueba de derrames, pero los hay que no resisten al derrame de una taza de café.
Algunos usuarios creen que el teclado (Figura 4) debe remojarse en líquido detergente, algo que puede resultar fatal si no son herméticos. Existen productos especialmente diseñados para la limpieza de teclados, pero a falta de ellos puede utilizarse un paño ligeramente humedecido con una solución ligeramente detergente (no demasiado espumosa). No debe usarse alcohol u otro disolvente porque puede borrar los símbolos impresos además de la posible ocasión de daños interiores si la solución se filtra. Nuestro mejor consejo es no esmerarse demasiado en la limpieza del teclado, si no es hermético. y no frotar demasiado.
Si su teclado ya presenta teclas misteriosas, pruebe a comprar un marcador indeleble y un rollito de cinta autoadhesiva. Con el marcador, escriba la letra que le corresponde a la tecla, deje secar unos cuantos segundos y luego pegue Además de que si el teclado es barato y presenta fallas, no pierda tiempo en abrirlo para su reparación: cómprese uno nuevo.
Los teclados generalmente incluyen en su interior un conjunto de membranas y láminas de difícil re-ensamblaje, y cuando presentan fallos de contacto (teclas que no responden) generalmente no es posible una reparación perfecta, volviendo a fallar horas después. Pero los amantes de las aventuras pueden encontrar interesante y hasta entretenida la actividad de intentar reparar un teclado.
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